Amargura y soledad

Hace días que seca no está,
las lágrimas se derraman
y no la dejan descansar
pues estas se niegan
a dejar de cesar.
En un único momento
lo hace parecer,
pero tan solo se congelan
durante unos míseros instantes
cuando alguien ajeno
interrumpió la soledad,
pero cuando regresó
a su camino de origen
estas se descongelan
para no parar jamás.
En vuestro rostro reflejada
jamás estará
esta triste imagen
de amargura y soledad.
Tal vez mis palabras
algún día sean contradichas
pero tan solo ocurrirá
porque mi cuerpo
no lo pueda soportar
y mi mente se discapacite
dejando al viento llevar
este alma apenada
que tanto tiempo
estuvo contenida,
dañando con ello la alegría
de aquella persona
que me quiso soportar.